jueves, abril 18, 2024
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Cafiero: “Tenemos que seguir abordando las problemáticas regionales con integración y multilateralismo solidario”

El canciller Santiago Cafiero inauguró esta mañana en el Palacio San Martín la Reunión de Altas Autoridades de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) -cuya Presidencia Pro Tempore ejerce nuestro país-, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que sesionará durante toda la jornada bajo el lema “Integración e intercambio de experiencias para avanzar en la seguridad alimentaria y nutrición en América Latina y el Caribe».

Cafiero estuvo acompañado en la mesa de apertura por el coordinador Nacional de la PPT argentina de la CELAC, Gustavo Martínez Pandiani; el director general del IICA, Manuel Otero, y el subdirector general y representante regional de FAO, Mario Lubetkin.

Allí el Canciller argentino sostuvo que “la CELAC, la FAO y el IICA constituyen un solo bloque que trabaja sobre problemáticas regionales que son profundas y que tenemos que seguir abordando. Necesariamente es así. No hay soluciones mágicas. Tenemos que seguir abordándolas con integración, inteligencia y con multilateralismo solidario”.

Cafiero explicó: “Encauzar un multilateralismo solidario es trabajar coordinadamente con todas las instituciones y con el mismo objetivo: buscar sociedades más justas, que se puedan desarrollar en plenitud y que achiquen, en el caso de América Latina y el Caribe, esas brechas de accesibilidades que postergan a grandes poblaciones de nuestros territorios”.        

El canciller sostuvo que es “un tema que atraviesa la región, que tiene brechas de productividad y sensibles desde el punto de vista social y que tiene que ver con la seguridad alimentaria. El trabajo que se encaró -y del que hoy llevamos una agenda- tiene que ver con repensar mecanismos en nuestros países respecto no solo de la agricultura familiar sino también con mecanismos sustentables y sostenibles de producción agropecuaria, accesibilidad a los alimentos, al agua potable. Un desarrollo y una agenda vinculada a la seguridad alimentaria en un contexto donde cobró relevancia”.

Y agregó: “La idea de integración regional es vincularla con las necesidades que tiene la región. Y una de esas necesidades es la seguridad alimentaria. Para nosotros, en nuestra Presidencia Pro Tempore de la CELAC, ha sido uno de los temas de relevancia. La FAO ha sido invitada por ello al encuentro de líderes de la CELAC que se va a realizar en el mes de enero aquí en Buenos Aires. Allí creemos que va a terminar un trabajo que se ha hecho durante todo el año: un capítulo de mucha relevancia.

Manuel Otero, por su parte, afirmó: “Hay una larga tradición de colaboración de nuestros países en los temas de agricultura y alimentación. Y mucho se ha avanzado en estas décadas. América Latina y el Caribe pasó de representar alrededor del 9% de la producción agropecuaria mundial en 1961 a algo más del 13% hoy. Como comparación, la Unión Europea representa el 9% y Estados Unidos y Canadá, un 11%. Además, la nuestra es la principal región exportadora neta global. Por lo tanto, lo que hagamos en nuestra región es crucial para la seguridad alimentaria del planeta”.

“No obstante, también sabemos que en nuestra región hay grandes desigualdades entre países y dentro de los países. Veníamos sufriendo una serie de problemas desde hace ya varios años y últimamente se sumó la guerra en Europa y la desaceleración de la economía mundial por los cambios en las políticas macroeconómicas en los países desarrollados. Todo esto ha hecho que diferentes indicadores de desnutrición e inseguridad alimentaria hayan aumentado”, agregó.

Por último felicitó a la CELAC “actualmente con la presidencia de argentina, por haber decidido actualizar esos esfuerzos a la luz de las nuevas y difíciles circunstancias.  Este va a ser el tema de análisis y aprendizaje conjuntos y, es de esperar, de acción colectiva posterior por parte de los países involucrados”.

El representante de FAO, Mario Lubetkin,  señaló que “entre el 2019 y el 2021, el número de personas que sufrieron hambre en América Latina y el Caribe aumentó de 43,3 millones a 56,5 millones, lo que significa un incremento del 30%. Este aumento del hambre y la inseguridad alimentaria puede tener consecuencias irreversibles para el desarrollo sostenible de nuestros países, afectando sus dimensiones económica, social y ambiental. Esta situación es una paradoja considerando que América Latina y el Caribe produce alimentos para más de 1.300 millones de personas, es decir, el doble de su población”.

“Aunque no podemos evitar el impacto de la crisis, sí podemos mitigar sus efectos. En este punto, quisiera reconocer la voluntad de los gobiernos, las organizaciones, la academia, el sector privado y la sociedad civil para avanzar en la implementación de políticas públicas diferenciadas, que permitan posicionar al sector agroalimentario en el centro de las agendas de desarrollo y responder a un triple desafío de combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad”, remarcó.

Concluyó diciendo que “debemos escuchar las voces de los productores, mujeres rurales y jóvenes para avanzar en el proceso de recuperación social y económica de la región. Ahí hay una oportunidad de transformación. Pero, debemos actuar pronto y unidos. Ponemos a disposición la capacidad técnica y operativa de nuestra Organización para crear con los países condiciones que garanticen la seguridad alimentaria y nutricional, que favorezcan el desarrollo sostenible y generen empleos y medios de vida dignos, ayudando a reducir la pobreza y la desigualdad; y permitan hacer frente a los efectos del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad”.

América Latina y el Caribe está atravesando un contexto económico, social y ambiental complejo, derivado de la crisis post pandemia, la desigualdad, los efectos del cambio climático, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y las sucesivas crisis económicas e inflacionarias que han profundizado el hambre y la inseguridad alimentaria. Según la CEPAL, se proyecta que la región crecerá un 3,2% en 2022 y se espera que el bajo crecimiento económico se mantenga a futuro. En 2022, 16 países  de la región todavía no habrán recuperado el nivel de PIB pre-pandemia.

Por todo esto es muy relevante la integración de América Latina y el Caribe para enfrentar la inseguridad alimentaria que aqueja a millones de latinoamericanos y caribeños. Esta problemática tiene efectos muy profundos en quienes la padecen y se asocia a niveles de pobreza, condiciones de vulnerabilidad y desigualdades sociales. Para alcanzar la seguridad alimentaria se requieren sistemas agroalimentarios que sean más inclusivos, eficientes, resilientes y sostenibles que proporcionen dietas saludables para toda la población.

Con este seminario de hoy se busca intercambiar buenas prácticas y experiencias adoptadas en los países para impulsar la recuperación económica y mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, alcanzando la eliminación del hambre y otras formas de malnutrición en un contexto de crisis alimentaria; y reforzar los espacios y estrategias de gobernanza regional, en el ámbito de la CELAC, para el diálogo político rumbo a la transformación de los sistemas alimentarios y la garantía de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe para 2030.

De los diferentes paneles participaron además el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Jorge Solmi; el Representante Permanente de Bahamas ante la FAO; Winston Pinnock; representante del ministro de Agricultura de Chile, Esteban Valenzuela Van Treek (virtual); el ministro de Agricultura de Guyana, Zulficar Mustapha (virtual) y la secretaria de Agricultura y Ganadería de Honduras, Laura Suazo (virtual).

En 2021 la región de América Latina y el Caribe concentra el 7,4% del total de la población mundial que sufre de hambre, proporción que ha venido creciendo en los últimos años.  América Latina y el Caribe es un espacio rico en políticas para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición. Por ejemplo, 15 Estados de América Latina y el Caribe establecen explícitamente en sus constituciones el derecho humano a la alimentación adecuada, ya sea para todas las personas o para grupos específicos de la población como niños, niñas, mujeres embarazadas, personas adultas mayores, personas desplazadas o privadas de la libertad.

Varios países tienen importantes políticas para apoyar sistemas de producción, con base en la agricultura familiar, la investigación, la extensión rural y la  conexión al mercado nacional e internacional. Algunos Estados también registran avances en el uso sostenible de los recursos naturales, así como prácticas sustentables de fertilización y nutrición vegetal. Todas las naciones han invertido en programas de protección social, tales como los programas de alimentación escolar, muchos de ellos vinculados a incentivos a la producción local.

Además, el sector agroalimentario pasa por un profundo proceso de innovaciones y cambios tecnológicos a un ritmo bastante acelerado. Estos avances tecnológicos son importantes, pero requieren inversiones adicionales en investigación y desarrollo y en infraestructura para que sigan avanzando de manera inclusiva y sostenible.

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