El avión que transporta a Julian Assange, preso desde hace más de cinco años en Londres luego de permanecer otros siete refugiado en una embajada en la misma ciudad, llegó este martes a Bangkok para repostar combustible y seguir viaje a un territorio estadounidense en el Pacífico occidental, donde firmará un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos que lo liberará definitivamente.
El fundador del sitio informativo Wikileaks partió en la noche del lunes del aeropuerto Stansted de Londres y aterrizó en el aeropuerto internacional Don Mueang de Bangkok luego de llegar a un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos, confirmó a Somos Télam Aitor Martínez, abogado del activista australiano.
Se espera que Assange sea sentenciado a los cinco años que ya pasó en la prisión británica mientras luchaba contra la extradición a Estados Unidos para enfrentar cargos, un proceso que se desarrolló en una serie de audiencias en Londres.
El escritor Santiago O’Donnell, integrante de un grupo argentino por la libertad de Assange, aseguró también en diálogo con Somos Télam que el periodista deberá hacer una declaración de culpabilidad previa a su arribo a su tierra natal, Australia.
Funcionarios del aeropuerto dijeron este martes a la agencia de noticias Associated Press (AP) que el avión estaba programado para partir este martes hacia Saipan, la capital de las Islas Marianas del Norte, una comunidad estadounidense en el Pacífico occidental donde comparecerá ante el tribunal este miércoles por la mañana.
Se prevé que el activista, de 52 años, se declarará culpable de un cargo contemplado en la Ley de Espionaje por conspirar para obtener y difundir ilegalmente información clasificada de defensa nacional, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
La audiencia se llevará a cabo en Saipan debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y la proximidad del tribunal a su país de origen, dijeron los fiscales, citó AP en su portal público de noticias.
La declaración de culpabilidad, que debe ser aprobada por un juez, pone fin abruptamente a un caso penal de intriga internacional y a la persecución de más de una década por parte del gobierno de Estados Unidos de un editor cuyo popular sitio web para compartir secretos lo convirtió en una causa célebre entre muchos defensores de la libertad de prensa.
Assange siempre se defendió afirmando que había actuado como periodista para exponer las irregularidades militares estadounidenses, pero los investigadores aseguraron repetidamente que sus acciones violaron leyes destinadas a proteger información confidencial y pusieron en riesgo la seguridad nacional estadounidense.
Stella Assange, abogada y esposa del australiano, con quien se casó en 2022 en prisión, le dijo a la cadena BBC desde Australia que durante las últimas 72 horas se había dudado sobre si el acuerdo se llevaría a cabo, pero que se sentía “eufórica” con la noticia, y aclaró que los detalles se harían públicos una vez que el juez lo aprobara.
“Será un hombre libre una vez que un juez lo apruebe”, dijo, y agregó que el vuelo le estaba costando a Assange 500.000 dólares, por lo que prevén iniciar una campaña de recaudación de fondos para ayudar a pagarlo.
Kristinn Hrafnsson, editora en jefe de WikiLeaks, dijo que el acuerdo para Assange se produjo después de la creciente participación en el caso del primer ministro australiano, Anthony Albanese.
“Este es el resultado de un proceso muy, muy largo que lleva ya algún tiempo. Ha sido una batalla dura, pero ahora la atención se centra en que Julian se reúna con su familia”, dijo Hrafnsson.
Se espera que Assange sea sentenciado a los cinco años que ya pasó en la prisión británica mientras luchaba contra la extradición a Estados Unidos para enfrentar cargos, un proceso que se desarrolló en una serie de audiencias en Londres.
Assange ha sido aclamado por muchos en todo el mundo como un héroe que sacó a la luz las irregularidades militares de Washington en Irak y Afganistán. Entre los archivos publicados por WikiLeaks se encontraba un video de un ataque con helicóptero Apache en 2007 por parte de las fuerzas estadounidenses en Bagdad que mató a 11 personas, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
La denuncia en su contra del Departamento de Justicia, revelada recién en 2019, acusó a Assange de alentar y ayudar a la analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning a robar cables diplomáticos y archivos militares que WikiLeaks publicó en 2010. Los fiscales habían acusado a Assange de dañar la seguridad nacional al publicar documentos que perjudicaban a Estados Unidos y sus aliados y ayudó a sus adversarios.
El caso fue criticado por defensores de la prensa y partidarios de Assange. Los fiscales federales lo defendieron porque apuntaba a una conducta que iba mucho más allá de la de un periodista recopilando información, lo que equivalía a un intento de solicitar, robar y publicar indiscriminadamente documentos gubernamentales clasificados.
El acuerdo de culpabilidad se produce meses después de que el presidente Joe Biden dijera que estaba considerando una solicitud de Australia para abandonar el intento de Estados Unidos de procesar a Assange. La Casa Blanca no participó en la decisión de resolver el caso de Assange, según un funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de anonimato.
La familia y los partidarios de Assange han dicho que su salud física y mental se ha visto afectada durante más de una década de batallas legales.
Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres en 2012 y se le concedió asilo político después de que los tribunales de Inglaterra dictaminaran que debía ser extraditado a Suecia como parte de una investigación por violación en el país escandinavo. Fue arrestado por la policía británica después de que el gobierno de Ecuador le retirara su estatus de asilo en 2019 y luego encarcelado por saltarse la libertad bajo fianza cuando se refugió por primera vez dentro de la embajada.
Aunque Suecia finalmente abandonó su investigación de delitos sexuales porque había transcurrido mucho tiempo, Assange permaneció en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres durante la batalla de extradición con Estados Unidos.
La liberación de Assange fue celebrada por líderes mundiales, entre quienes se encuentran el presidente colombiano, Gustavo Petro; el saliente mexicano Andrés López Obrador y su sucesora Claudia Sheinbaum, el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el líder laborista británico Jeremy Corbyn.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien le dio a Assange asilo político en la embajada en Londres, se sumó hoy a la euforia en diálogo con la cadena Rusia Today (RT) al considerar que “hoy el mundo es un poco menos injusto”, aunque señaló que “esto nunca debió haber ocurrido: le robaron 12 años a un periodista por decir la verdad”.